Battle of Issus 333 BC - Alexander the Great DOCUMENTARY

En nuestro episodio anterior sobre las conquistas de Alejandro Magno, cubrimos como  luego de su primera victoria en el rio Gránico, el rey asedió exitosamente las ciudades de Mileto y Halicarnaso, consolidando en el proceso su dominio sobre Asia menor occidental. Mientras Alejandro hacía esto, el rey de reyes persa Dario III estaba preparando un ejercito real   persa para llevarlo y confrontarle. Ahora la ascendente máquina de guerra macedonica estaba lista para avanzar hacia el este   y el preparado coloso persa marchaba hacia el oeste. El único resultado posible era un choque de titanes.
Así que únetenos una vez más mientras cubrimos la primera de las verdaderas batallas a gran escala en la guerra de conquista de Alejandro Magno, la batalla de Issos. Una vez que los asuntos de Halicarnaso habían sido resueltos, Alejandro dividió su ejercito en 2.  Parmenion se dirigió al norte con órdenes de asegurar los territorios internos de Asia menor entre Sardes y Gordio, mientras Alejandro tomaba al resto en una marcha hacia el este a lo largo de la costa.

Moviéndose hacia Licia mientras el 334 a c pasaba al 333 a c, los macedonios subyugaron y recibieron la rendición de más de 30 ciudades; incluyendo Telmeso, Janto y Fasélide. Luego de una breve pelea con algunos bandidos pisidios de las colinas, quienes según reportes quemaron vivas a sus propias familias en vez de hacerlas caer a manos macedonias, Alejandro entró a Frigia y alcanzó rápidamente la ciudad licaonia de Celenas. Como poseía una acrópolis casi inexpugnable, Alejandro fue forzado a aceptar los términos de los defensores de que si ningún refuerzo llegaba dentro de cierto periodo de tiempo, se rendirían.

Luego   de esperar personalmente 10 días, el rey decidió seguir adelante. Para concluir los asuntos en Celenas,  Alejandro nombró a un relativamente desconocido viejo oficial de la guardia para servir como sátrapa de Frigia y le asignó 1,500 hombres para lidiar con cualquier resistencia. Este 
general viejo, canoso y sin grandes pretensiones, en el curso de 3 décadas, ascendería desde un mero gobernador de Frigia a casi ganar el imperio entero que Alejandro estaba en el proceso de crear, el era Antígono el tuerto. Desde Celenas, Alejandro marcho hacia Gordio, el antiguo asiento real del monarca frigio Midas. Ahí, el corto de alguna forma deshizo el ''Nudo Gordiano'', un acto que dictaba tradicionalmente que Alejandro estaba destinado a convertirse en monarca de toda Asia.

Eventos afortunados en otras partes iban a dar más credito a este destino recientemente encontrado. Luego de su tenaz pero fallida defensa de Halicarnaso, a Memnon de Rodas finalmente se le había otorgado luz verde para llevar a cabo la estrategia que el había propuesto antes del Gránico, tierra quemada y un segundo frente. Darío también le otorgo   a su general griego favorito grandes cantidades del tesoro, con el cual el rápidamente reclutó otro ejército profesional de mercenarios y se ocupo del mantenimiento de su flota de 300 a 400 barcos. Con esta poderosa fuerza marítima a su disposición, Memnon lanzo ataques a las islas del Egeo. Kos y Samos se pasaron al bando persa, seguidos por Quíos e incluso el gran puerto Mitelene en Lesbos.

Mientras tanto, los agentes y espías del rodés recorrían toda Grecia, incitando a las siempre rebeldes ciudades-estado griegas a rebelarse contra Alejandro cuando el momento fuese el correcto. En el comando estratégico, Memnon parecía estar verdaderamente en su elemento. De repente, una contra invasión persa a Grecia se veía totalmente posible y la sobre extensión de Alejandro en Asia menor parecía tonta por lo menos. Sin embargo, en este momento de peligro mayor y el punto más alto de Memnon, el general rodés repentinamente cae enfermo, muriendo en el verano del año 333 a c. Alejandro, quien recibió el mensaje en Ankara en mayo o junio, estaba eufórico. El plan indirecto del segundo frente era del propio Memnon y sin su mente maestra, la estratagema colapso por completo.

Macedonia estaba a salvo. Cuando las desastrosas noticias llegaron a Susa, Darío III convoco a un conclave de consejeros y aliados veteranos para establecer que se iba a hacer exactamente. La mayoría de estos consejeros persas aconsejaron a Darío que confrontara a Alejandro ahora, en persona, las tropas lucharían mejor con su rey a su lado. Uno de los detractores, un comandante mercenario ateniense, ferviente anti-macedonio y exiliado por Alejandro conocido  como Charidemo, argumento acaloradamente que era pura estupidez arriesgar el imperio en tal apuesta. Un experimentado general como él, argumentándo esto de alguna forma egoísta, debía ser enviado para conducir la guerra. Darío accedió al principio pero la muchedumbre de consejeros persas se opusieron a la idea y la desaprobaron, incluso acusaron al griego de querer traicionarlos por Alejandro. Charidemo, con un caracter fuerte, respondió, despotricando sobre la falta persa de voluntad de lucha y hombría.

Su diatriba ofendió tanto a Darío que el rey subsecuentemente mando a ejecutar a Charidemo. Desde Susa por lo tanto, el rey de reyes marchó hacia Babilonia, reunió a sus muchos vasallos de todo el imperio y convocó a sus ejércitos. Mientras tanto, en Ankara, Alejandro recibió la de por si, deshonestas rendiciones de las provincias de Capadocia y Patlagonia antes de partir hacia el sureste, a las ''Puertas Cilicias'', las cuales eran protegidas por una pequeña fuerza de las tropas de Arsames.

Sin embargo, en un golpe de suerte el cual Alejandro luego relataría como el mayor que tuvo, Arsames y la mayoría de sus hombres estaban ocupados quemando y estropeando la planicie cilicia de acuerdo a la estrategia de tierra quemada de Memnon, permitió a Alejandro tomar el paso de montaña en un ataque nocturno. Dándose cuenta de lo que había acabado de suceder, Arsames huyó a reencontrarse con el rey y Alejandro entró en Tarsos el 3 de septiembre del 333 a c. Luego de saltar a un rio congelado, el rey quedo debilitado por un ataque de enfermedad por varias semanas.

Durante este tiempo, Alejandro mando a Parmenion alrededor del golfo de Alejandreta para investigar la situación y proteger los cruciales caminos entre Siria, Mesopotamia y Anatolia. Durante el transcurso de esta misión, Parmenion estableció una base de operaciones en una pequeña ciudad llamada Issos y descubrió que un gigantesco ejército persa estaba ocupando Sochi, al otro lado de las ''Puertas Sirias''. Una vez que Alejandro se recuperó, movilizo a todo el ejército alrededor del Golfo.  Tal vez actuando basándose en desinformaciones, el rey dejó a sus heridos en Issos antes de continuar hacia el sur  y arribar a las ''Puertas Sirias'', donde él esperaba a que Darío saliese. Él no lo hizo, preparándose para su próximo ataque enviado su carruaje a Damasco. En vez de eso, empleando en lo que al parecer era una brillante maniobra estratégica, el ejército real persa, acompañados por la esposa,   la madre y los hijos de Darío, como era la tradición persa, rodearon las montañas y tomando la ruta más larga a través de la ''Puerta Amanica'', descendiendo en Issos desde el norte.

Cada soldado macedonio herido encontrado ahí se los corto las manos y Alejandro ahora estaba aislado. Inicialmente no creyendo que los persas estaban detrás de el, Alejandro envió una galera al norte para descubrir la verdad. Cuando el navío retornó con la confirmación que Darío estaba realmente cerca, el rey inmediatamente comprendió la severity of his situation and gathered the unit 
gravedad de su situación y reunió a los comandantes de las unidades. Alejandro dio un discurso, primero enfatizando que tan superiores eran en el arte de la guerra a diferencia del enemigo y luego de las ventajas a ser obtenidas. Mientras los persas ocupaban una posición en la llanura de Issos al final de la tarde cerca a un rio conocido como el Pinaro, Alejandro, quien estaba a una docena de millas al sur, alimentó al grueso de su ejército con una comida caliente en preparación para la próxima marcha.

Al mismo tiempo, el rey envió exploradores montados para explorar el camino entre el ejército macedonio y su destino. Cuando cayó la noche, Alejandro movilizó todo su ejército a terreno elevado en un camino conocido como ''El pilar de Jonas'', desde donde él podía ver las fogatas aquemenidas resplandeciendo a lo largo de la planicie. Los bien alimentados soldados ahora también tenían el descanso y recuperación que requerían, durmiendo por muchas horas. Justo antes del amanecer, el ejército se despertó de su sueño y empezó una marcha disciplinada a través del angosto camino costero. A pesar de estar confinado en un principio debido al terreno, con unidades de infantería al frente y caballería detrás, más guerreros macedonios fueron gradualmente traídos adelante cuando el terreno se abría, encajando sin problemas en la formación. Cuando Darío recibió información de que Alejandro estaba cerca, contrario a sus expectativas, envió una fuerza de escaramuzadores y la mayoría de su caballería para vadear el Pinaro, apuntando a prevenir a los macedonios interrumpir o incluso ver su despliegue. Probablemente era durante este tiempo que Alejandro arribó opuesto al rio con sus regimientos de infantería alineados con el mar a su derecha y las estribaciones a su derecha.

La mayoría de su caballería ahora  amasada en el flanco derecho y, de repente, el espectáculo tan esperado era ahora inminente. Es increíblemente difícil establecer exactamente cuantos soldados tenía Darío III con el en Issos en el 333 a c, un hecho que hace graficar el curso de la batalla más difícil. Típicamente, fuentes antiguas hiperbólicas como Arriano y Plutarco estimaban la fuerza persa entre 250,000   hasta unos 600,000, números que son claramente excesivos. Fuentes modernas favorecen la otra versión extrema que el ejército de Darío no era mayor al de Alejandro entre 40,000 y 60,000. Para nuestros propósitos, estimaremos que el ejército persa en Issos era alrededor de 100,000, superando en número 2 a 1 a Alejandro.

El rey de reyes Darío III, manejando el carro de guerra real, estaba posicionado al frente y en el centro. Rodeando su área inmediata estaban los infames ''Inmortales persas'', los guardaespaldas reales cuyos números nunca bajaban de 10,000. En cada flanco habían 10,000 mercenarios griegos y más allá habían unidades mixtas de infantería persa conocidas como ''Cardaces'' detrás de los arqueros. La segunda linea estaba compuesta enteramente de levas ligeramente equipadas.

Ahora que su infantería estaba alineada, Darío trajo de vuelta del Pinaro a su caballería miriada. Nuestras fuentes hablan de medos e hircanos, pero podemos inferir la presencia de patlagonios, capadocios, cilicios, bactrianos, sogdianos e incluso nómadas esteparios de mas allá de la frontera concentrados en la zona más plana cerca al mar del campo de batalla. Otra unidad persa pequeña fue enviada a ocupar las colinas mas allá del extremo del flanco izquierdo de Darío para amenazar la retaguardia y el flanco derecho macedonio.

Como con su infantería alineada en el Gránico un año antes, la linea de batalla principal de falanges de sarisa de Alejandro fue dividida en 6 brigadas. Estas eran lideradas, de izquierda a derecha; por los oficiales Amintas, Ptolomeo, Meleagro, Crátero, Perdicas y Coeno. A la izquierda de las falanges estándar estaban los arqueros cretenses y jabalineros tracios, mientras que a la derecha estaban los hipaspistas de élite bajo Nicanor. Ellos eran flanqueados por el rey macedonio y su habitual fuerza de choque, la caballería de compañeros bajo Filotas, caballería ligera panonia, agrianos y arqueros, apoyados por la división tesaliana. Su ejército estaba aún alrededor de 40,000 hombres en total. Ambas fuerzas ahora estaban preparadas para el enfrentamiento por venir, pero Alejandro observó 2 preocupantes problemas que requerían atención.

Primero y más importante era la enorme concentración de la devastadora caballería aquemenida en frente de Parmenion en la izquierda. Si el orden de batalla se mantenía así como estaba, los caballos de Darío simplemente barrería a su ejército del campo. Para remediar esto, el rey rápidamente ajustó su plan, enviando a los tesalianos a través del campo de batalla para reforzar a su segundo al mando tan sutil como fuese posible. Segundo pero no menos eran los emboscadores persas posicionados en las colinas. Alejandro lidió con ellos creando una fuerza de agrianos y caballería ligera, y enviándoles a asegurar las colinas mientras el ejército principal siguió adelante. Sin embargo, la precisa puntería de los honderos que integraban parte de su fuerza de asalto tuvo éxito en expulsar al enemigo tan rápido que su grueso fue capaz de reunirse a la línea principal de batalla.

Nada más 300 jinetes fueron ordenados de mantener vigilados al enemigo asustadizo. Con sus preocupaciones resueltas, Alejandro ordenó un avance lento, medido y deliberado de toda su linea, deteniéndose periódicamente para atraer a Darío a atacar primero. El rey persa no cayó, en vez de eso mantuvo su linea solida detrás del Pinaro. Finalmente, cuando las fuerzas estaban a punto de entrar al rango de los proyectiles, Alejandro recorrió de un extremo del campo al otro, gritando palabras de aliento desde el oficial de mayor rango hasta el menor infante por nombre.

Le dijo a los macedonios de su valor y de Filipo, a los griegos de las heridas que los persas habían infligido en ellos en siglos pasados y a los codiciosos tracios del botín que les estaba esperaba. De acuerdo a Rufo, mientras el gran rey galopaba de vuelta a su posición a la cabeza de su flanco derecho, el frente persa lanzo un gran grito de batalla, el cual fue devuelto por los macedonios con igual vigor. Luego, casi simultáneamente, tanto la concentrada caballería de Darío en el flanco cerca al mar como la fuerza de choque de Alejandro al otro lado del campo, junto con la falange central macedonia, lanzaron sus intentos de golpe de martillo. Era ahora una cuestión de tiempo. Los tesalianos y la caballería aliada de Parmenion era rodeada y sobrepasada, y eventualmente colapsaría, ¿pero el punto de quiebre vendría antes que Alejandro pudiese ganar la batalla?. El rey guerrero macedonio cargo directamente a través del Pinaro a la cabeza de su fuerza selecta de compañeros y otros, dando un golpe crítico a las unidades oponiéndose a él casi inmediatamente.

La cuña de caballería portadora de cistones primero cargó contra la línea de arqueros aquemenidas, matando a muchos y mandando al resto atrás de la infantería detrás de ellos. Sin detenerse por un momento, Alejandro continuo y cargó también contra la primera línea de infantería, aplastando por completo el flanco izquierdo de Darío. Desafortunadamente para el rey, la batalla en otro lado se estaba tornando  en contra. Los valientes jinetes de Parmenion estaban esencialmente rodeados por la caballería persa  y peleando una batalla en retirada, pero eso era de esperarse. Más desconcertante era la situación en el centro del campo de batalla. Tal vez atraídos por la carga de su rey, algunos de los regimientos de falanges e hipaspistas de la derecha habían cargado aun más a la derecha, abriendo un hueco en la línea.

Esto, combinado con el tosco terreno cerca del arroyo, disminuyeron la integridad del muro de sarisas macedonio. Antes que los falangistas pudiesen reagrupar en la orilla opuesta y reordenar su formación, los mercenarios griegos altamente entrenados de Darío, contados en miles y armados con lanzas más cortas que eran más apropiadas para el terreno tan irregular, vinieron a enfrentarse a ellos. Lo que siguió fue un brutal y agotador enfrentamiento, soldados macedonios luchando con uñas y
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dientes para superar a sus enemigos griegos en medio del banco escarpado y cubierto de zarzas del Pinaro. El inexorable avance de la inflexible falange se probo así misma ser ciertamente finita. Notando el nuevo agujero recién formado entre las unidades de infantería macedonia, una fuerza de mercenarios griegos intentó entrar en el  y quebrar la falange de los invasores. Repentinamente, los falangistas empezaron a retirarse. La situación tal vez se pudo volver más agria de no ser por la prudente intervención de Ptolomeo, hijo de Seleuco, acompañado por veteranos y oficiales, quien lucho para mantener la linea firme y tapar la brecha.

120 de ellos perdieron sus vidas en este feroz combate cuerpo a cuerpo, incluyendo al mismo Ptolomeo. Aun así, el momento en el centro estaba con los persas. Frescos de su relativamente simple tarea e arrollar el ala izquierda de Darío, Alejandro consiguió la mejor vista de la situación del campo de batalla que pudo y rápidamente decidió que hacer después. Pivotando hacia adentro desde la ahora expuesta izquierda persa, ''los compañeros'' voltearon y cargaron contra el flanco y la retaguardia de los mercenarios griegos en el centro. Este asalto alivió una cantidad significativa de la presión de la falange macedonica,  permitiéndoles recuperar la formación y continuar avanzando a través del rio. El momento ahora había cambiado de lado. Ahora ya sea por accidente o a propósito, Alejandro y sus élites se encontraban tentadoramente cerca de la posición de Darío. El rey puso sus ojos en el rey de reyes persa y con espíritu homérico lanzo un ataque total, intentando capturar a Darío y acabar la guerra.

Observando el peligro, el obediente hermano de Darío Oxathres lidero la caballería de guardaespaldas real al camino de Alejandro, quienes a pesar de luchar tenazmente, fueron prontamente masacrados. En la desesperada lucha, una fuente relata como Darío incluso logro herir a Alejandro en la pierna, antes de ser llevado al peligro por los asustados caballos de su carro real. Un segundo vehiculo fue rápidamente traído, permitiendo al rey huir del campo de batalla. Viendo la partida de su casi deificado monarca y el colapso de su infantería, la caballería persa asaltando a Parmenion colapsó y huyó con el resto del ejército.

El recuento de la batalla de Arriano, por otra parte, difiere significativamente. En su versión, una vez Alejandro había espantado a los emboscadores persas alineados en su lado del río, avanzó lentamente su ejército hacia el río. Tan pronto él entró en el rango de los proyectiles persas, el rey macedonio inició la batalla, cargando a través del río con sus compañeros  para minimizar bajas por flechas.

Su división cargó contra la izquierda persa, forzándolos a ceder terreno. En el centro, sin embargo, la fuerza persa estaba repeliendo la  falange macedonica mientras esta intentaba escalar las orillas del río y los mercenarios griegos también estaban atacando el flanco derecho de la falange, dejados expuestos debido a la carga de Alejandro. Más importante, la derecha persa había cargado contra el ala de Parmenion una vez la falange estaba en combate, y estaba repeliendo a los tesalianos posicionados contra ellos. Esto era el momento de crisis. El centro y la izquierda macedonia necesitaban resistir lo suficiente para que Alejandro pusiera a la fuga la izquierda persa, y regresara para ser el ''martillo'' en el ''yunque''.

Afortunadamente, la carga inicial de Alejandro había sido devastadora y la izquierda persa pronto colapso. Pronto él reunió sus fuerzas una vez más y cabalgó   al rescate de sus falanges, cargando contra el flanco y la retaguardia del centro persa. Era en este punto que Darío, viendo su flanco izquierdo destruido y su centro casi rodeado, huyó de la batalla.   El flanco derecho persa, a pesar de haber sido algo exitosa en su combate contra  el flanco de Parmenion, viendo que la batalla estaba perdida y se retiraron, iniciando una retirada general.

Para todas las fuentes, la batalla de Issos estaba acabada poco después del atardecer, pero Alejandro no estaba cerca de  acabar aun. Destruir al ejército persa no era suficiente, él quería a Darío. Así que, mientras la soldadesca macedonia se puso a matar a los rezagados persas y a saquear el espectacularmente lujoso campamento del rey de reyes, el victorioso monarca empezó a perseguir a Darío, quien estaba a media milla adelante de su caballería.

Nada más 25 millas después, cuando la noche cayó finalmente, Alejandro regresó al campamento con las manos vacías, Darío habiendo escapado a través de las montañas. Mientras tanto, el triunfante ejército macedonio había estado dividiendo el botín de victoria en el campamento persa. Esto incluía grandes cantidades oro, plata, ropas lujosas, joyería, y como consecuencia de la tradición persa, todas las mujeres de la realeza que habían acompañado al rey de reyes al campo de batalla.

Las menos valiosas de estas cautivas fueron tratadas increíblemente pobre por la soldadesca. Hay historias miriadas sobre que hizo Alejandro cuando retornó. Estas incluyen el cuidado y respeto de Alejandro hacia la familia inmediata de Darío, y el buen humor del rey cuando la madre de Darío confundió al amigo y posible amante de Alejandro, Hefestion por Alejandro mismo. Pero la historia más contada es la relatada por Plutarco. Luego de retornar de la persecución, Alejandro fue a  la tienda real la cual había sido preparada para el por sirvientes, desbordante como era con mueblería lujosa, hermosas sirvientas y tesoros incontables.

Entrando mas en la magnífica propiedad a la cabeza de sus compatriotas más cercanos, Alejandro vió la gran bañera dorada del rey de reyes. ''Los cuencos, jarrones, tinas y cofres, todos de oro y curiosamente forjados''. A pesar de ser de la realeza y acostumbrado a la comodidad, los macedonios probablemente nunca habrían visto nada como esto, mucho menos poseerlo. Entonces, después de examinar su prodigiosa nueva riqueza, Alejandro volteo hacia sus amigos y dijo las palabras: ''Esto, como parece, es ser un rey''.

Estas anécdotas post-batalla son particularmente ilustrativas para nosotros. Arriano escribe como el: ''nada más puede admirar a Alejandro'' por tratar a las mujeres con tal respecto y ser magnánimo en la victoria, de este modo destacando la admirable personalidad del rey. Pero esta muestra inicial de lujo ''oriental'' y la reacción de Alejandro a ella presagia lo casi despótico que él eventualmente se volvería, creyendo que debía ser venerado como un dios. Pero por ahora, Alejandro había ganado la batalla de Issos en forma categórica. Con esto, la mitad occidental estaba ahora abierta para conquistar. En el siguiente episodio, hablaremos sobre el sitio de Tiro. Si quieres ver ese video, asegurate de estar subscrito y tener presionado el botón de notificaciones para verlo.

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